La lilapsofobia o el miedo a los tornados o huracanes
La lilapsofobia, o el miedo a los tornados y huracanes, puede verse como una forma más grave de astrafobia o miedo a los truenos y los rayos. Si sufres de lilapsofobia, no es la tormenta de verano promedio lo que temes, sino la posibilidad de que esa tormenta se agrave. Esta fobia es relativamente común, aunque más rara que la astrafobia..
Causas
Al igual que muchas fobias, el miedo a los tornados y huracanes suele atribuirse a una experiencia negativa. Tal vez se haya visto afectado por el clima severo que causó lesiones personales o daños materiales a usted o a alguien que ama. O podría haberse salvado de un tornado que causó estragos en su vecindario, posiblemente agregando un poco de culpa de sobreviviente a la mezcla.
Si ha pasado por una experiencia de tormenta verdaderamente devastadora como el huracán Katrina, es particularmente importante buscar asesoramiento profesional. Además de la lilapsofobia, es posible que experimente un trastorno de estrés postraumático.
La lilapsofobia, como muchas fobias, también puede aprenderse. Si sus padres, amigos o familiares tienen miedo de los tornados y huracanes, es posible que haya captado su miedo..
Los síntomas
Si bien es normal y racional verificar los pronósticos del tiempo antes de las actividades al aire libre, muchas personas con lilapsofobia descubren que el clima controla sus vidas. Puede pasar mucho tiempo viendo el Weather Channel o rastreando tormentas en línea. Puede negarse a salir en los días en que se pronostican tormentas.
Cuando llega una tormenta, puede mostrar comportamientos inusuales. Comprobando constantemente las alertas meteorológicas; esconderse debajo de la cama o en un armario, e incluso poner en práctica un plan completo de tornado tan pronto como comienza la lluvia, es algo común entre quienes tienen este temor. Puede escuchar atentamente la tormenta en busca de sonidos de actividad de tornado, o puede intentar ahogar la tormenta por completo con música o películas ruidosas..
Muchas personas encuentran que la lilapsofobia empeora al estar sola. Puede llamar a sus amigos en estado de pánico, o organizar su horario de manera que rara vez esté solo. Algunas personas con esta fobia encuentran que ir a un centro comercial, a un cine o a una biblioteca puede ayudarles a controlar su pánico.
Con el tiempo, es posible que sus actividades diarias se vuelvan cada vez más restringidas. Es posible que no esté dispuesto a entrar en edificios que no encuentra "seguros", incluso en días claros y soleados. Puede negarse a participar en actividades al aire libre o viajes largos por temor a que una tormenta pueda golpear.
Apariencia en niños
Muchos niños pasan por una fase de astrafobia o miedo a las tormentas. La lilapsofobia no es tan común en los niños, pero ciertamente puede aparecer. Los niños pequeños que están aprendiendo a separar la fantasía de la realidad son especialmente susceptibles a los temores causados por las imágenes de los medios y las conversaciones de adultos. Si una tormenta importante se perfila en la televisión o es discutida por adultos, los niños pueden temer que les suceda..
Debido a que los temores son una parte normal del desarrollo, las fobias generalmente no se diagnostican en los niños a menos que persistan durante más de seis meses. Trate de tranquilizar a su hijo sobre la relativa rareza de las tormentas importantes y explíquele los procedimientos de preparación para la tormenta. Por supuesto, es importante decirle al médico del niño si la fobia es grave o persistente, ya que puede ser necesaria la derivación de un terapeuta..
Aparición en la cultura popular.
Películas de hollywood como Tornado (1996) abordan los efectos de la lilapsofobia. En esa película, el Dr. Jo Harding, interpretado por Helen Hunt, es testigo de la muerte de su padre en un tornado. Como adulta, lucha contra la lilapsofobia resultante al convertirse en cazadora de tormentas. La película presenta imágenes altamente realistas de tornados importantes, por lo que no es la mejor opción para quienes sufren este miedo..
Los tornados y los huracanes son parte de la vida, y los medios de comunicación de hoy ofrecen la oportunidad de ver las tormentas devastadoras y sus consecuencias repetidamente, con detalles de alta definición. Aunque la cobertura es ciertamente importante, es igualmente importante poner esa cobertura en perspectiva. Si bien los eventos climáticos pequeños ocurren con frecuencia, solo los que son severos se consideran de interés periodístico. La cobertura de los medios puede llevar fácilmente a una creencia sesgada de que las tormentas serias son mucho más comunes de lo que realmente son.
Cómo estar racionalmente preparado
Aunque sus posibilidades de ser atrapado en una tormenta asesina son relativamente pequeñas, los riesgos son reales. Por lo tanto, es importante estar preparado. La clave es reconocer la diferencia entre la preparación racional y las reacciones fóbicas..
Si vive en un área propensa a las tormentas, obtenga una copia de la literatura oficial de preparación de su área. Estos documentos a menudo se distribuyen en tiendas de comestibles, bibliotecas y otros lugares públicos. Lea las recomendaciones y prepare un plan de preparación para la tormenta..
Si comparte un hogar, deje que otra persona vigile el clima. Esa persona puede alertarlo sobre cualquier peligro específico y ayudarlo a decidir el mejor curso de acción. Esto le quitará algo de presión y puede ayudarlo a evitar la comprobación obsesiva.
Aprenda sobre los tipos de tormentas que afectan su área. Por ejemplo, los huracanes pueden ser devastadores, pero se pronostican con mucha anticipación. Los tornados pueden desarrollarse rápidamente, pero solo bajo ciertas condiciones climáticas. Aprender sobre los tipos de tormentas que pueden afectarle puede ayudarlo a tomar decisiones más racionales para enfrentarlas..
Tratamiento
Al igual que muchas fobias, la lilapsofobia a menudo se trata a través de técnicas de terapia cognitivo-conductual. Sin embargo, si su fobia se debe a un trastorno de estrés postraumático, otros tipos de terapia pueden ser más apropiados. Su terapeuta podrá diagnosticar la raíz de su fobia y prescribir el mejor curso de acción.