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    El tratamiento de las metástasis hepáticas

    Metástasis es la palabra usada para describir un tumor que se diseminó fuera de su sitio primario. En el cáncer de colon avanzado, la metástasis tumoral ocurre con mayor frecuencia en los pulmones o el hígado. Estos tumores se pueden encontrar en el momento en que le diagnosticaron cáncer de colon, como una recurrencia, o si el cáncer gana fuerza y ​​continúa creciendo y propagándose..

    Mostrando signos de metástasis

    Ocasionalmente, los síntomas de metástasis hepáticas comienzan a mostrarse antes de cualquier prueba de diagnóstico que lo confirme. Aunque algunos de los síntomas pueden superponerse con los efectos secundarios del tratamiento, los siguientes síntomas de metástasis hepáticas pueden incluir:
    • Fatiga extrema
    • Náuseas y falta de apetito.
    • Vómito o diarrea.
    • Picazón en la piel
    • Ojos amarillos o piel
    • Estómago hinchado
    Aunque estos síntomas no son concretos, pueden reflejar una lesión hepática. A medida que los tumores invaden el hígado, disminuyen su capacidad para funcionar correctamente. Su hígado tiene muchas funciones importantes, incluida su capacidad de mantener la vida para ayudar a su cuerpo a utilizar la glucosa y reciclar los desechos del cuerpo..
    A medida que los tumores crecen dentro del hígado, los síntomas pueden aumentar en gravedad. A medida que los niveles de proteína en su sangre disminuyen, el líquido puede filtrarse en el abdomen y causar la hinchazón y la retención de líquidos asociada con problemas hepáticos. El aumento de líquido en su vientre también puede causar hinchazón e incomodidad en los tobillos y los pies, especialmente después de estar de pie o sentado durante períodos prolongados de tiempo..

    Confirmando la sospecha

    Los tumores metastásicos del hígado generalmente se encuentran a través de análisis de sangre o se confirman mediante biopsia o tomografía computarizada (TC) abdominal. La prueba más fácil que usan los médicos para confirmar una sospecha de metástasis o cáncer en crecimiento es una prueba de sangre. La sangre se analiza para detectar marcadores tumorales específicos. Un marcador tumoral puede consistir en una proteína asociada con cierto tipo de cáncer. Para los cánceres colorrectales, el marcador tumoral que el médico busca en su sangre es un tipo de proteína llamada antígeno carcinoembrionario, o CEA. El marcador tumoral específico para el cáncer de hígado y la metástasis se llama alfa fetoproteína o AFP.
    Observar los marcadores tumorales en la sangre no proporciona una prueba definitiva de metástasis. Los marcadores tumorales pueden elevarse por varias razones, la más común es una respuesta (o falta de) a un medicamento de quimioterapia. A medida que la quimioterapia destruye las células cancerosas, pueden liberar esta proteína a su sangre, causando un aumento temporal en sus marcadores tumorales. Su médico observará estos análisis de sangre a intervalos y combinará los resultados con sus hallazgos clínicos..
    Una tomografía computarizada de su abdomen puede mostrar metástasis hepáticas, especialmente si se usa un agente de contraste. Los agentes de contraste aclaran la imagen y le permiten al médico ver más detalles, pero no siempre son necesarios. Si es necesario, se puede ordenar una biopsia con aguja gruesa (o, alternativamente, una aspiración con aguja fina) al mismo tiempo que la prueba de TC abdominal. Usando una aguja muy delgada y larga, el médico utiliza la TC para encontrar y aislar la masa hepática y extrae una muestra microscópica de células. Un patólogo examina las células bajo un microscopio y determina si el cáncer se ha diseminado desde su colon o si el cáncer de hígado es un cáncer nuevo e independiente. Esto puede afectar sus opciones de tratamiento, pronóstico y la etapa y grado de su cáncer..

    Explorando opciones de tratamiento

    Hay varias formas en que su médico puede abordar el tratamiento de los tumores hepáticos. Él o ella puede sugerir opciones de cirugía, ablación o tratamiento paliativo. Su plan de tratamiento depende de un par de factores, que incluyen:
    • La etapa y grado de su cáncer.
    • Tu edad y salud actual.
    • El número y la ubicación de los tumores presentes en su hígado.
    • La salud de tu hígado no afectado.
    • Si sus venas o arterias están cerca de los tumores en su hígado
    • El tipo de tratamiento que ya ha sufrido (quimioterapia, radiación o cirugía) para tratar los tumores cancerosos primarios
    La extirpación quirúrgica de un tumor hepático se denomina resección. Más comúnmente, el médico solo sugerirá cirugía si la lesión está aislada y si se puede extirpar por completo (uno o dos tumores con bordes claramente definidos).
    La ablación por radiofrecuencia (también llamada RFA) es un procedimiento que a veces se utiliza para destruir lesiones en el hígado si la resección quirúrgica no es una opción. La RFA se puede completar a través de la piel (percutánea) o durante la cirugía. Una aguja o sonda genera calor a través de la radiofrecuencia, que a su vez calienta y destruye las células cancerosas.

    Opciones de tratamiento paliativo

    Si su médico ha decidido que usted no es un candidato para la resección o RFA, él o ella puede recomendar medidas de tratamiento paliativo para aumentar su comodidad y supervivencia. Comúnmente, la acumulación de líquido y la hinchazón en su abdomen pueden causar incomodidad y pueden drenarse mediante la extracción guiada por ultrasonido. El procedimiento, llamado paracentesis o punción abdominal, requiere una aguja para drenar el exceso de líquidos. El líquido se volverá a acumular, por lo que es posible que el procedimiento deba repetirse cada pocas semanas o meses..
    La radiación y la quimioterapia paliativa también se pueden usar para controlar el crecimiento y la diseminación de la metástasis hepática. El tratamiento no pretende "curar" el cáncer, solo para reducir las molestias asociadas con los tumores hepáticos..