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    Síntomas, causas y tratamiento de la psicosis

    La psicosis es una pérdida de contacto con la realidad, que generalmente incluye delirios (ideas falsas sobre lo que está ocurriendo o quién es usted) y alucinaciones (ver o escuchar cosas que no existen). Alrededor de 3 de cada 100 personas experimentan psicosis en algún momento de sus vidas..

    Síntomas de la psicosis

    La psicosis en sí misma es un síntoma de otro problema, no de su propia enfermedad. Los síntomas de la psicosis incluyen:

    • Alucinaciones
    • Ilusiones
    • Pensamiento y discurso desorganizados, dispersos.
    • Pensamientos que saltan de un tema a otro.

    Si cree que usted o alguien a quien ama está experimentando psicosis, es importante buscar tratamiento médico de inmediato. Cuanto antes reciba tratamiento e intervención, mejor. Experimentar los síntomas psicóticos puede ser aterrador tanto para usted como para las personas que lo rodean, e incluso puede hacer que usted se lastime o lastime a otros..  

    Causas fisicas

    Los problemas físicos que pueden causar psicosis incluyen:

    • Ciertos tipos de epilepsia.
    • Carrera
    • Quistes o tumores cerebrales
    • Ciertos medicamentos recetados, particularmente esteroides y estimulantes
    • El VIH
    • Demencia
    • enfermedad de Parkinson
    • Alcohol o ciertas drogas ilegales, incluida la metanfetamina.

    Afecciones mentales asociadas a la psicosis

    La psicosis es un síntoma asociado con la fase maníaca del trastorno bipolar I, así como con la esquizofrenia, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y el trastorno esquizoafectivo. Otras afecciones en las que puede haber psicosis incluyen psicosis posparto y episodios depresivos. 

    Tratos

    El tratamiento de la psicosis depende de la causa. La hospitalización puede ser necesaria. Si tiene un trastorno que involucra psicosis, comenzar o cambiar los antipsicóticos también puede ser útil para mantener a raya los síntomas y los episodios psicóticos. 

    Antipsicóticos típicos

    Los antipsicóticos más antiguos, de primera generación, se conocen como antipsicóticos típicos. Pueden ser un tratamiento muy efectivo, pero pueden tener efectos secundarios más severos, como disquinesia tardía y efectos secundarios extrapiramidales. Ejemplos de antipsicóticos típicos comunes incluyen:

    • Haldol (haloperidol)
    • Prolixin (flufenazina)
    • Stelazine (trifluoperazine)
    • Thorazine (clorpromazina)
    • Trilafon (perfenazina)
    • Loxitane (loxapina)
    • Mellaril (tioridazina)
    • Navane (tiotixeno)
    • Orap (pimozide)

    Antipsicóticos atípicos

    Los antipsicóticos de segunda generación más nuevos se denominan antipsicóticos atípicos y tienden a tener menos efectos secundarios que la clase típica. Los ejemplos de antipsicóticos atípicos comunes incluyen:

    • Zyprexa (olanzapina)
    • Fanapt (iloperidona)
    • Invega (paliperidona)
    • Seroquel (quetiapina)
    • Risperdal (risperidona)
    • Geodon (ziprasidona)
    • Abilificar (aripiprazol)
    • Saphris (maleato de asenapina)
    • Clozaril (clozapina)
    • Latuda (lurasidona)

    Posibles precursores de un episodio psicótico

    No todos tienen señales de advertencia de que se acerca un episodio psicótico, pero algunas personas sí lo hacen. Estos signos y síntomas pueden ocurrir durante varios meses y pueden fluctuar tanto en la gravedad como en el tipo. Este período de cambio de pensamientos, sentimientos y comportamientos antes de un episodio psicótico se denomina fase prodrómica. Los síntomas de pródromo pueden incluir:

    • Cambios de humor. Puede sentirse más irritable, enojado, deprimido, sospechoso, ansioso o experimentar cambios de humor.
    • Cambios en tu pensamiento.. Es posible que tenga más problemas para concentrarse de lo normal, sienta que sus pensamientos son más rápidos o más lentos, tiene problemas de memoria o se le ocurren ideas extrañas.
    • Cambios en tu percepción y necesidades físicas.. Es posible que se encuentre durmiendo más erráticamente de lo normal o que no duerma tanto, comiendo más o menos de lo normal, tenga menos energía, perciba las cosas de una manera diferente a la que normalmente lo hace o tenga dolencias físicas como dolores de cabeza o de estómago..
    • Cambios en cómo te ves a ti mismo y al mundo que te rodea.. Puede sentirse apagado o diferente o como si el entorno a su alrededor hubiera cambiado..
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