Convertir la grasa en energía para alimentar su cuerpo durante el ejercicio
La grasa es un componente importante de una dieta diseñada para alimentar el ejercicio. Un gramo de grasa en la dieta equivale a nueve calorías, y una libra de grasa almacenada proporciona aproximadamente 3,600 calorías de energía. Esta densidad de calorías (la más alta de todos los nutrientes), junto con nuestra capacidad de almacenamiento de grasa aparentemente ilimitada, la convierte en nuestra mayor reserva de energía. Si bien estas calorías son menos accesibles para los atletas que realizan esfuerzos rápidos e intensos, como carreras de velocidad o levantamiento de pesas, la grasa es esencial para ejercicios más largos, lentos y de menor intensidad y resistencia, como hacer ciclismo y caminar con facilidad..
Entendiendo la grasa
Todo lo que comemos está formado por macro y micronutrientes que se convierten en energía dentro del cuerpo, lo que ayuda a alimentar todas nuestras funciones corporales..
La grasa dietética ha sido culpada por muchos problemas de salud, pero en realidad es un nutriente esencial para una salud óptima. El tejido adiposo (grasa almacenada) proporciona amortiguación y aislamiento a los órganos internos, cubre los nervios, mueve las vitaminas (A, D, E y K) por todo el cuerpo y es la mayor reserva de energía almacenada disponible para la actividad..
La grasa corporal almacenada es diferente de la grasa dietética. La grasa corporal solo se almacena en el cuerpo cuando consumimos más calorías de las que consumimos, de todos y cada uno de los alimentos que comemos, no solo de las grasas dietéticas. Existe un nivel óptimo de grasa corporal para la salud y para la actividad deportiva..
Como el cuerpo lo usa
La grasa es la fuente principal de combustible para ejercicios de larga duración, de intensidad baja a moderada (piense en los deportes de resistencia como los maratones). Incluso durante el ejercicio de alta intensidad, donde los carbohidratos son la fuente principal de combustible, se necesita grasa para ayudar a acceder a los carbohidratos almacenados (glucógeno).
Sin embargo, usar la grasa para alimentar el ejercicio depende de estos factores importantes:
- La grasa es lenta de digerir y se convierte en una forma utilizable de energía. (Puede tomar hasta seis horas para que esto ocurra).
- Después de que el cuerpo descompone la grasa, necesita tiempo para transportarla a los músculos que trabajan antes de que pueda utilizarse como energía..
- La conversión de la grasa corporal almacenada en energía requiere una gran cantidad de oxígeno, por lo que la intensidad del ejercicio debe disminuir para que ocurra este proceso..
Por estas razones, los atletas deben medir cuidadosamente cuándo y cuánta grasa comen. En general, no es una buena idea comer alimentos con alto contenido de grasa inmediatamente antes o durante el ejercicio intenso. Aparte del hecho de que el entrenamiento se realizará antes de que la grasa esté disponible como energía utilizable, hacerlo puede causar algunos síntomas gastrointestinales incómodos, como náuseas, vómitos y diarrea..
Dietas populares que usan grasa como la fuente principal de combustible
Las dietas populares bajas en carbohidratos y altas en grasas, como la dieta Ketogénica y la dieta Paleo, se basan en la premisa de que una menor ingesta de carbohidratos, junto con una ingesta alta en grasas y moderada a alta en proteínas lleva a quemar grasa corporal como la principal fuente de combustible, mientras que haciendo ejercicio.
Existe, de hecho, cierta evidencia científica que demuestra que las dietas a largo plazo bajas en carbohidratos / altas en grasas son seguras y posiblemente útiles para mejorar los factores de riesgo metabólicos de las enfermedades crónicas. En estudios, estas dietas han demostrado ser beneficiosas para el rendimiento en deportes de resistencia extrema, mientras que se requieren al menos varios meses de adaptación a una dieta baja en carbohidratos / alta en grasas para que se produzcan cambios metabólicos.