Página principal » Fobias » Entendiendo el miedo a los gatos

    Entendiendo el miedo a los gatos

    Conocido como gatofobia y ailurofobia, el miedo a los gatos no es tan común como el miedo a los perros. No obstante, el miedo a los gatos puede tener efectos profundos en la vida cotidiana de las personas, lo que hace imposible visitar a los amigos amantes de los gatos y obligarlos a limitar sus actividades diarias..

    Causas

    Las personas suelen temer a los gatos por dos razones: temen el daño físico que pueden causar o los asocian con el mal. 

    Daño físico

    Aunque puede ser difícil de recordar cuando abrazamos a un gatito pequeño, los gatos son, por naturaleza, depredadores. Los gatos domésticos domesticados conservan muchos de los mismos instintos básicos que los leones, tigres, panteras y otros gatos grandes. Aquellos que han sido mordidos o arañados por un gato en el pasado pueden correr un mayor riesgo de desarrollar una fobia a los gatos..

    Algunas personas no le temen a los gatos de interiores, en particular a aquellos que han sido condenados, pero les aterrorizan los gatos desconocidos que encuentran al aire libre. Algunos temen solo a los gatos machos, que perciben como más amenazadores que las hembras. Sin embargo, otros temen a todos los gatos y gatitos, independientemente de las circunstancias, porque presenciaron o experimentaron personalmente un evento negativo con uno..

    Miedo al mal

    A lo largo de la historia, los gatos han sido venerados y vilipendiados alternativamente debido a sus supuestos poderes sobrenaturales. En el antiguo Egipto, los gatos eran adorados como deidades. Se creía que estaban bajo la protección especial de Bast, diosa de la fertilidad y de la luna. Los gatos fallecidos a menudo fueron momificados y enterrados en los grandes cementerios. Matar a un gato, intencional o accidentalmente, a menudo era una ofensa capital.

    Tal vez ningún movimiento esté tan vinculado a la vilificación de los gatos como la caza de brujas del siglo XVII en Europa y en las colonias americanas. A partir de la Edad Media, los gatos solían ser vistos como sirvientes de brujas, mensajeros nocturnos capaces de cumplir las órdenes de la bruja. En el momento de los juicios de brujas de Salem en 1692 y 1693, se creía que los gatos eran vínculos de brujas con el mismo diablo..

    Hoy en día, el miedo a los gatos como precursores del mal está típicamente arraigado en una fobia basada en la religión. Las personas que están atravesando una crisis de fe pueden ser más propensas a desarrollar este miedo. En algunos casos, el temor al mal es un signo de pensamiento desordenado, pero los terapeutas modernos tienen cuidado de tomar en cuenta las creencias religiosas de los clientes antes de hacer un diagnóstico..

    Cómo la gente expresa su miedo a los gatos

    En algunas personas, el miedo a los gatos es tan fuerte que se desencadena al pensar en un gato o un gatito o en escuchar un ronroneo. Cuando se activa, es posible una variedad de reacciones. Uno de los más obvios es una respuesta de "lucha o huida": la persona correrá rápidamente en la otra dirección. Otros pueden tener un ataque de pánico. La evitación también es común, donde la persona hará todo lo posible para no cruzarse con un gato, tanto en la vida real como en casos más extremos en la televisión..

    Tratamiento

    Como con la mayoría de las otras fobias, la psicoterapia y las sesiones de asesoramiento suelen ser necesarias. Un terapeuta puede ayudar a descubrir la causa raíz de la fobia, ayudar a poner el miedo en perspectiva y luego ayudarlo a planificar los pasos y el tratamiento para superarlo. Puede parecer un enfoque simple, pero puede ser bastante difícil de hacer por tu cuenta..

    Una terapia común es la exposición gradual a los gatos. Con pequeños pasos, una persona puede acostumbrarse a los gatos. Por ejemplo, primero practicaban mirando fotos de gatos, luego viendo videos y películas con gatos, tocando material parecido a un gato, jugando con un gato de juguete y, finalmente, sosteniendo la cosa real. Estos pasos deben tomarse en entornos controlados y cómodos con mucho apoyo, tanto del terapeuta como de los familiares o amigos..

    A lo largo de este proceso, a menudo se utilizan técnicas de relajación y visualización. También ayudan a replantear la mentalidad de la persona y racionalizan metódicamente su miedo. En algunos casos, la hipnoterapia también puede ser útil..