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    Entendiendo la eritrofobia

    La eritrofobia, o el miedo a sonrojarse, es una fobia relativamente compleja de superar. El rubor es una respuesta fisiológica a, entre otras cosas, la ansiedad. Esto hace de la eritrofobia una de las pocas fobias que se perpetúan a sí mismas, lo que significa que cuanto más te preocupes, más probabilidades tienes de experimentar tu objeto de miedo..

    La respuesta sonrojada

    El rubor es parte de la respuesta de lucha o huida, una reacción involuntaria provocada por el sistema nervioso simpático. Cuando estamos ansiosos o avergonzados, nuestros cuerpos están inundados de epinefrina, también conocida como adrenalina, que nos hace experimentar síntomas fisiológicos muy reales. Además de aumentar la frecuencia cardíaca, suprimir el sistema digestivo e inhibir el dolor, la epinefrina también puede actuar como vasodilatador en ciertos vasos sanguíneos. Hace que los vasos sanguíneos se ensanchen, mejorando el flujo de sangre y oxígeno a través de regiones particulares del cuerpo.

    El rubor es un efecto secundario desafortunado de la vasodilatación de ciertas venas en la cara. A medida que estos vasos sanguíneos en la cara se ensanchan, el aumento de la circulación hace que las mejillas se enrojezcan. La vasodilatación a veces ocurre por otras razones, como el consumo de alcohol y ciertas afecciones médicas, pero no importa cuál sea la causa subyacente, es probable que las personas con eritrofobia se vuelvan ansiosas y avergonzadas cuando ocurre. Esto conduce a un círculo vicioso en el que es probable que el rubor empeore cada vez más..

    Fobia social

    El miedo a sonrojarse es una forma de fobia social específica. Muchas personas con eritrofobia también sufren de otras fobias sociales, aunque la eritrofobia ocasionalmente ocurre sola. El miedo en general no es la reacción enrojecida en sí, sino la atención que podría atraer a los demás. Si estamos ansiosos o avergonzados, lo último que queremos es más atención. El rubor suele ir acompañado de una variedad de pensamientos negativos que se centran en cómo podemos ser percibidos. Esto, a su vez, aumenta el nivel de rubor, lo que alimenta aún más los pensamientos negativos y hace que nos sintamos aún más ansiosos o avergonzados..

    Los síntomas

    Irónicamente, el síntoma más fuerte del miedo a sonrojarse es generalmente más rubor. A medida que percibe que está perdiendo el control de la situación, es probable que se vuelva más y más rojo. Además, puede experimentar síntomas de fobia comunes como temblores, sudoración, aumento del ritmo cardíaco y dificultad para respirar normalmente. Podría tropezar con sus palabras o encontrar imposible continuar una conversación..

    Con el tiempo, es posible que comience a desarrollar ansiedad anticipatoria, en la cual teme encontrarse en una situación que podría hacer que se sonroje. Podría comenzar a evitar ciertas situaciones sociales o, en casos extremos, evitar salir en absoluto. También puede desarrollar fobias sociales adicionales, como el miedo escénico o el miedo a comer frente a otros, debido al temor de que esas actividades puedan desencadenar una reacción de rubor..

    Tratamiento

    El tratamiento depende de la severidad y la complejidad de la fobia. En última instancia, el miedo no es en realidad la respuesta enrojecida en sí, sino las reacciones que percibes, que otros pueden tener para sonrojarte. Las opciones de terapia breve, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), tratan la fobia al enseñarle nuevos patrones de pensamiento y conductas que ayudan a disminuir el miedo. Los medicamentos también están disponibles y se usan con más frecuencia además de la terapia.

    Si también sufre de otras fobias sociales, su plan de tratamiento incorporará todos sus temores, abordándolos simultáneamente. La cirugía está disponible para limitar el rubor, pero no es un método recomendado para tratar el miedo.