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    Terapia física para el síndrome de estrés patelofemoral

    El síndrome de estrés patelofemoral, o PFSS para abreviar, es una afección en la que se produce un roce anormal de la rótula en el extremo del muslo (fémur). Esta es una causa común de dolor de rodilla y es una lesión común en la carrera..

    Ubicación del dolor

    Si tiene dolor en la parte delantera de la rodilla, puede estar experimentando PFSS. Ocasionalmente, el dolor se siente alrededor de los bordes de la rótula. El dolor suele ser una sensación de ardor agudo y es peor con actividades como correr, saltar, agacharse o subir escaleras. Si su condición es grave, caminar o levantarse de una silla también puede ser doloroso y puede indicar que tiene PFSS.

    Anatomía de la articulación patelofemoral.

    La articulación patelofemoral se encuentra en la rodilla, donde la rótula se desliza sobre el extremo del fémur. Hay un pequeño surco en el extremo del fémur donde la rótula está asentada y sujeta por tendones y ligamentos. Cuando la rótula se desliza incorrectamente en este surco, puede producirse dolor e inflamación, y puede sospecharse un diagnóstico de PFSS.

    Causas

    Hay muchas causas de PFSS. La tensión en los músculos alrededor de la rodilla y la cadera puede tirar anormalmente de la rótula, sacándola de la posición óptima. La debilidad en los músculos alrededor de la rodilla y la cadera también puede contribuir al problema. Ocasionalmente, la posición incorrecta del pie mientras corre o camina puede hacer que la rodilla gire hacia adentro, lo que lleva a PFSS. Debido a que hay muchos factores que pueden contribuir al PFSS, es importante consultar con su médico y fisioterapeuta para ayudar a determinar la causa del problema..

    Diagnóstico

    Si experimenta dolor en la parte delantera de la rodilla o alrededor de la rótula, es posible que tenga PFSS. Puede ser necesaria una visita a su médico. Él o ella puede optar por tomar una radiografía para ver si la artritis u otra afección está causando su dolor. Una evaluación de terapia física y un plan de tratamiento pueden ser necesarios para ayudar a encontrar la mejor solución para su problema.
    Su terapia física debe comenzar con una evaluación exhaustiva. Esto debe incluir una discusión detallada de la historia de su problema. Su fisioterapeuta debe preguntarle cuándo comenzó su dolor, cómo comenzó y qué actividades mejoran o empeoran su condición. Una historia detallada puede ayudar a su fisioterapeuta a decidir dónde debe centrarse la evaluación o si un problema diferente puede estar causando su dolor. Asegúrese de usar ropa cómoda en sus sesiones de terapia física para que su rodilla sea fácilmente accesible.
    Su fisioterapeuta puede tomar varias medidas para ayudar a determinar la causa de su problema. Él o ella puede medir la fuerza de los músculos de la cadera, los muslos o las piernas. El rango de movimiento de sus rodillas también se puede medir. El movimiento de su rótula puede medirse en varias direcciones y durante diferentes actividades, como ponerse en cuclillas o subir escaleras. También se puede evaluar la flexibilidad de los músculos de la cadera, el muslo o la pierna. La posición del pie y la rodilla mientras camina o corre puede evaluarse durante una evaluación de la marcha..

    Tratamiento

    El tratamiento inicial para el PFSS incluye controlar la inflamación usando el método R.I.C.E durante tres a cinco días para ayudar a disminuir el dolor y limitar la hinchazón alrededor de la rodilla. El hielo debe aplicarse a la rodilla durante 15 a 20 minutos varias veces al día. Asegúrese de colocar su bolsa de hielo en una toalla para evitar daños en los tejidos o la congelación. Evitar la actividad que causó el dolor también es una buena idea..
    Después de cinco a siete días de descanso y aplicación de hielo, se pueden iniciar ejercicios para PFSS para ayudar a mejorar la flexibilidad y la fuerza alrededor de la cadera, la rodilla y el tobillo. Se pueden realizar ejercicios simples para asegurar que se logre el seguimiento normal de la rótula. Asegúrese de consultar con su médico y fisioterapeuta para averiguar si el ejercicio es apropiado para usted y para saber qué ejercicios deben hacerse..
    Su fisioterapeuta también puede optar por utilizar otros agentes físicos o modalidades para ayudar a disminuir el dolor y mejorar la movilidad. Algunos tratamientos comunes incluyen ultrasonido, estimulación eléctrica o iontoforesis. Asegúrese de hacer preguntas a su fisioterapeuta sobre el tratamiento que está recibiendo.
    Después de tres o cuatro semanas de ejercicios suaves de estiramiento y fortalecimiento, puede ser el momento de comenzar a prepararse para volver a la actividad normal. El dolor alrededor de la rótula debe ser mínimo, y debe poder subir y bajar escaleras sin dolor..
    Una prueba simple para ver si su rótula está siguiendo correctamente es la prueba de sentadilla con una sola pierna. Para realizar esto, párese sobre un pie, sostenga algo estable y agáchese lentamente. Si este procedimiento provoca dolor de rodilla, pueden indicarse una o dos semanas más de ejercicios suaves. Si este procedimiento es indoloro, debe estar listo para comenzar a entrenar para regresar a los deportes.
    Los ejercicios de fortalecimiento avanzado pueden ser necesarios para ayudar a asegurar que los músculos de la extremidad y las extremidades inferiores brinden suficiente apoyo a la rodilla. Nuevamente, asegúrese de consultar con su médico y con su fisioterapeuta para decidir qué ejercicios son los mejores para su condición específica.
    Su PT también puede trabajar con usted para cambiar su modo de andar para mantener la presión sobre sus rodillas con la esperanza de prevenir el PFSS. Las investigaciones indican que inclinarse un poco hacia adelante mientras corre puede reducir el estrés en las rodillas para limitar el dolor causado por la rodilla del corredor y el PFSS. Su PT puede mostrarle cómo ajustar su modo de andar para las rodillas.

    Una palabra de Verywell

    La mayoría de los episodios de PFSS mejoran significativamente en aproximadamente seis a ocho semanas. Si su afección específica es más grave, puede llevar un poco más de tiempo lograr una función sin dolor. Si sus síntomas persisten después de ocho semanas, debe consultar a su médico para ver si los tratamientos más invasivos, como las inyecciones o la cirugía, podrían ayudarlo..