Página principal » Teorias » Riesgos y beneficios de los comportamientos automáticos.

    Riesgos y beneficios de los comportamientos automáticos.

    ¿Alguna vez ha hecho algo sin pensar realmente, como conducir al trabajo sin registrar realmente algún detalle sobre su viaje? Cuando un compañero de trabajo más tarde le pregunta si vio algo en el camino al trabajo, tal vez le sorprenda que no recuerde nada de su paseo matutino. Las personas a menudo se refieren a esto como "fuera de zona" o en "piloto automático". Esta capacidad de hacer algo sin pensar realmente es un ejemplo de un fenómeno que los psicólogos llaman automaticidad.

    En diferentes áreas de nuestra vida cotidiana, a menudo desarrollamos hábitos para hacer frente a tareas complejas. La gente va en piloto automático y hace cosas sin pensar realmente. Entrar en el modo automático puede hacer que muchas tareas sean más sencillas, ya que libera nuestros recursos de atención para que no nos veamos abrumados por las tareas más simples. Pero también introduce un elemento de peligro y hace que las personas sean propensas a cometer errores..

    Entonces, ¿por qué tiene lugar la automaticidad? Esta capacidad de actuar sin pensarlo realmente ocurre cuando un comportamiento se sobre-aprende. Si practicas una acción una y otra vez, eventualmente te vuelves tan hábil en la tarea que puedes realizarla con poco o ningún pensamiento. Conducir y caminar son ejemplos de acciones que se vuelven automáticas. Cuando se sienta en su automóvil para conducir al trabajo, no tiene que pensar en cómo arrancar el automóvil, cómo mover el cambio de velocidades o cómo retroceder en su camino de entrada..

    Cuando caminas, no tienes que pensar conscientemente en cada movimiento o recordarte que debes poner un pie delante del otro. El comportamiento es tan aprendido y practicado que es simplemente una segunda naturaleza..

    Los beneficios de la automaticidad

    Como se mencionó anteriormente, este pensamiento de piloto automático en realidad tiene algunas ventajas. Al deslizarnos en este modo automatizado para tareas de rutina, podemos funcionar de manera rápida y eficiente en nuestra vida diaria sin tener que dedicar atención a cada pequeño detalle. Imagínese lo laborioso que sería su día si tuviera que recordar cuidadosamente y pensar en cómo conducir un automóvil para ir al trabajo o cómo cruzar el campus para llegar a clase. Gracias al aprendizaje, la práctica y la repetición, estos comportamientos se han vuelto automáticos..

    Además de liberar recursos de atención, la automaticidad nos permite sentirnos cómodos y familiarizados con los diferentes entornos. A través de nuestras experiencias, aprendemos lo que es común y esperado en diferentes situaciones..

    "Cuando entramos en una tienda de comestibles, sabemos automáticamente cómo se supone que van las cosas", explican Wheatley y Wegner (2001). "Entramos, tomamos un carrito, recogemos los alimentos de la estantería, hacemos cola para un cajero que se lleva nuestro dinero para la comida y podemos ir a casa ... Sabemos automáticamente las suposiciones adecuadas de la situación según nuestras experiencias".

    Los riesgos

    Si bien la automaticidad tiene sus beneficios, también tiene sus desventajas. El pensamiento automático puede ser un riesgo en muchas áreas de nuestras vidas, desde cometer errores costosos en el trabajo hasta los peligros más cotidianos, como la concurrida calle que tenemos que cruzar cada mañana para ir a trabajar. A medida que la acción se vuelve tan rutinaria y habitual, podríamos dejar de revisar el tráfico antes de salir a la carretera, una acción que podría llevar a consecuencias trágicas y mortales..
    Afortunadamente, los investigadores han descubierto algunas tácticas que pueden ayudar a sacar a la gente de este modo de piloto automático y sintonizar con lo que sucede a su alrededor..

    Una forma de combatir la automaticidad es introducir la novedad y variar las rutinas. En lugar de que un empleado realice la misma tarea repetitiva todo el día, los empleadores pueden diseñar rutinas organizativas que varían las tareas o incluso rotar a los trabajadores entre diferentes tareas. En un banco, por ejemplo, un empleado puede cambiar periódicamente de tratar con los clientes, balancear los cajones de efectivo, ayudar a los nuevos clientes a abrir cuentas y ayudar a las personas con las solicitudes de préstamos. Cambiar la atención entre las tareas rompe la repetición y ayuda a los trabajadores a salir del modo de piloto automático.
    Algunos profesionales, como los trabajadores de la salud y los pilotos de líneas aéreas, utilizan un sistema verbal de doble verificación donde los trabajadores repiten información vital a un testigo. Sin embargo, los investigadores han encontrado que tales procedimientos no siempre son a prueba de fallas. La FAA utiliza un enfoque diseñado para hacer que este sistema de lista de verificación sea más confiable al involucrar múltiples sentidos en el proceso de lista de verificación. Los trabajadores leen en voz alta los elementos de la lista de verificación, verifican visualmente cada elemento y luego físicamente tocan cada control o sensor.

    El objetivo es que al utilizar múltiples controles, los pilotos tendrán menos probabilidades de caer en la trampa del pensamiento automático y ser más conscientes de los posibles problemas o errores..

    La automatidad puede no ser fácil de superar, pero los investigadores sugieren que ser consciente de ello y tomar conscientemente los pasos para evitarla podría ser la mejor solución. En lugar de desconectarse durante su viaje diario, haga un esfuerzo por sintonizar y prestar atención a su viaje y lo que está sucediendo en el mundo que lo rodea..