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    Cómo manejar la ira y el estrés

    El manejo de la ira y el manejo del estrés funcionan de manera similar. Una de las razones de esto es que la ira y el estrés tienen un componente psicológico para que puedan manejarse psicológicamente. Ambas emociones pueden afectarnos de manera muy negativa, principalmente si no se manejan, y es por eso que es esencial entender su relación..

    La exposición prolongada al enojo y al estrés puede afectar nuestra salud física. Puede elevar nuestra presión arterial, lo que nos provoca otros problemas que nos afectan física y emocionalmente. También puede tener un impacto negativo en nuestras relaciones. Más allá de eso, también podemos desarrollar hábitos negativos como respuesta a niveles excesivos de ira y estrés que se vuelven más difíciles de controlar con el tiempo. Cualquiera de estos efectos puede resultar en más ansiedad.

    Para comenzar a manejar los efectos adversos del estrés y la ira, debemos observar cómo estas emociones afectan nuestras vidas. El estrés puede llevar a la ira, lo que puede llevar a más estrés. Ninguno de los sentimientos es saludable, pero no debemos tratar de eliminarlos. En su lugar, deberíamos intentar controlarlos aprendiendo estrategias de afrontamiento positivas..

    La percepción afecta la ira y el estrés

    Ciertos eventos pueden desencadenar la ira o el estrés en muchas personas. El grado de enojo o estrés experimentado tiene que ver con la forma en que una persona percibe e interpreta lo que le está sucediendo..

    Por ejemplo, dos personas pueden ser cortadas en el tráfico. Una persona puede interpretar el gesto como una falta de respeto, una amenaza para su seguridad física o como un gesto hostil. Esta situación los hace enojar. Otra persona puede darse cuenta de que el conductor infractor no los vio o podría estar envuelto en sus propios pensamientos, y dejar que el evento caiga sobre su espalda.

    En ambos casos, hubo un estímulo, una creencia y una respuesta. La visión, o interpretación, del estímulo, es lo que llevó a las diferentes reacciones..

    Algunas personas son más propensas a la ira y el estrés

    Algunas personas tienen rasgos innatos de personalidad que los hacen más susceptibles a la ira y al estrés. Algunas de estas tendencias se ven temprano en la vida, pero estas tendencias pueden ser mitigadas.

    • Algunas personas son naturalmente más observadoras que otras. Este rasgo puede hacer que sean más propensos a notar cosas que podrían enojarlos, cosas que pueden pasar desapercibidas por otra persona..
    • Algunas personas, naturalmente, se sienten menos cómodas con el cambio, lo que también puede causar estrés e ira en ciertas situaciones.
    • Otras personas tienen una baja tolerancia a la frustración y se enojan más fácilmente que otras. 

    Las actitudes causan ira y estrés

    Nuestros patrones de pensamiento habituales, que pueden modificarse un poco con la práctica, contribuyen a nuestra experiencia de enojo o estrés..

    Algunas personas tienden a interpretar las cosas negativamente como una cuestión de hábito. Pueden atribuir el error de otra persona a motivos maliciosos o desagradables, por ejemplo. Pueden tomar un evento negativo como señal de que vendrán más eventos negativos, lo que puede contribuir a la ira y al estrés..

    Es cómo manejar la ira y el estrés lo que importa

    La ira y el estrés son experiencias naturales. La forma en que lidiamos con las condiciones puede marcar la diferencia entre una vida saludable y no saludable.

    Con el estrés, por ejemplo, no siempre podemos evitar que ocurran eventos estresantes. Sin embargo, al manejar el estrés a través de ejercicios de respiración, registro en el diario u otras técnicas de manejo del estrés, podemos aprender a neutralizar los efectos del estrés..

    No siempre podemos evitar que ocurra la ira, pero podemos resolverla de manera saludable para que no se convierta en un problema. Por ejemplo, expresar nuestros sentimientos de manera respetuosa cuando aún son manejables puede impedirles que se conviertan en una bola de nieve y se sientan enojados o abrumados. La otra opción es intentar "rellenar" la ira o expresarla de manera negativa y poco saludable. Es entonces cuando la ira se convierte en un problema..