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    Causas y tratamiento de las fracturas por estrés de tobillo y pie

    Los huesos de las piernas y los pies son donde las fracturas por estrés ocurren con mayor frecuencia. Los huesos más afectados son las partes inferiores de la tibia y el peroné de la pierna y el segundo y tercer hueso metatarsiano del pie..
    Se puede desarrollar una fractura por estrés después de un exceso de presión o carga repetida en un hueso. Se diferencia de un hueso roto típico causado por una lesión repentina en que una fractura por estrés se desarrolla en respuesta al estrés crónico en el hueso..
    Una fractura por estrés a veces se denomina fractura de la línea del cabello porque generalmente se muestra en una radiografía como una grieta en la línea del cabello. Estos tipos de fracturas óseas a menudo se asocian con correr y otras actividades deportivas, especialmente cuando ha habido un aumento reciente en la actividad.
    La ubicación de la fractura por estrés a veces está vinculada a un deporte o actividad en particular. Los corredores tienen un riesgo más alto que el promedio de fracturas por estrés tibial, y las actividades que implican mucho estrés en el antepié, como bailar o en pista y campo, conllevan un mayor riesgo de fracturas por estrés del metatarsiano o hueso navicular del pie..

    Síntomas y diagnóstico

    El dolor que se produce o empeora con la actividad de carga de peso puede indicar una fractura por estrés; El dolor también se puede sentir con la presión directa sobre el hueso. Si no se trata, el dolor generalmente empeorará, y la tensión continua en el hueso puede hacer que una fractura de la línea del cabello se convierta en una fractura más inestable. Por eso es importante disminuir la actividad de carga de peso y buscar tratamiento médico cuando se produce dolor..
    Una fractura por estrés que se está desarrollando puede no aparecer siempre en una radiografía, lo que puede dificultar el diagnóstico. No es infrecuente que los rayos X iniciales del hueso no muestren fractura, mientras que un seguimiento de los días de rayos X o incluso semanas más tarde, revelará que de hecho se produjo una fractura por estrés. Los proveedores médicos a menudo usarán otros métodos de diagnóstico si sospechan una fractura por estrés, como una tomografía computarizada o una resonancia magnética, aunque las radiografías sean normales.

    Tratamiento

    El tratamiento para una fractura por estrés sospechada o confirmada implicará reposo o un cambio en la actividad atlética que sea suficiente para permitir la curación. La inmovilización en un molde para caminar o un zapato de suela dura se puede prescribir por unas pocas semanas, dependiendo del grado de fractura y los síntomas. Las radiografías de seguimiento u otras pruebas de diagnóstico se utilizan para evaluar la curación ósea.

    Factores de riesgo

    Las fracturas por estrés se asocian con mayor frecuencia con la actividad atlética, pero otros factores también aumentan el riesgo. Cualquier condición que cause una disminución de la masa ósea aumentará el riesgo de una fractura por estrés, incluyendo:
    • Mujeres posmenopáusicas y mujeres que tienen ciclos menstruales irregulares, que dan como resultado amenorrea
    • El consumo de tabaco
    • Consumo moderado a intenso de alcohol.
    • Masa corporal inferior
    • Medicamentos como los corticosteroides y el DMPA (Depo-Provera)
    • Niveles inadecuados de calcio y vitamina D
    • Anormalidades de la estructura del pie o la biomecánica del pie, como un pie de arco alto o plano