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    Responder cuando una persona con demencia quiere irse a casa

    Expresar el deseo de "volver a casa" es una de las preocupaciones más comunes en las personas que tienen la enfermedad de Alzheimer. Los miembros de la familia y el personal de cuidado en hogares de ancianos e instalaciones de vivienda asistida escuchan esta pregunta con frecuencia y, a menudo, tienen problemas para decidir la mejor manera de manejarlo.

    ¿Por qué los pacientes de Alzheimer a menudo quieren ir "a casa"?

    A menudo, pedir ir a casa se relaciona con sentimientos de inseguridad, ansiedad o depresión. Dado que la enfermedad de Alzheimer afecta inicialmente la memoria a corto plazo, puede ser que "el hogar" refleje recuerdos a largo plazo de momentos y lugares que fueron seguros y calmados. Una razón por la que una persona querida puede querer ir a casa, aunque ya esté en su casa, es porque está pensando en la casa de su infancia que ya no existe..
    "Hogar" también puede ser representativo del anhelo de algo familiar. Debido a la pérdida de memoria en la demencia, ya nada puede sentirse familiar, y la persona puede conectar inconscientemente "hogar" con el sentido de familiaridad y pertenencia..
    En lugar de ver "hogar" como la residencia habitual de una persona, una definición más relevante puede ser "el lugar donde se centran los afectos domésticos". Es esta noción la que probablemente expresan muchas personas con demencia: la importancia de fomentar el bienestar y el valor de la intimidad compartida y amorosa que se experimenta en la vida familiar. Este deseo de reconectarse con la parte de la vida de su madre que le brindó la mayor seguridad, intimidad y comodidad es lo que probablemente esté expresando..

    Cómo rememorar

    Teniendo esta explicación en mente, la próxima vez que tu ser querido diga que quiere irse a casa, trata de hablar sobre esos aspectos cariñosos de los recuerdos de su infancia: cocinar con su madre en la cocina, jugar a las cartas o juegos de mesa, tocar el piano familiar, Mirar juntos fotos antiguas de la familia y el hogar puede ser útil, ya que solo pueden recordar el hogar y los recuerdos de su infancia..
    También puede intentar usar la terapia de validación, un enfoque fundado por Naomi Feil, que lo alienta a hacer preguntas para ayudar a la persona con demencia a procesar sus sentimientos y quizás incluso a superar la pérdida de su sentido de comodidad. Pídale que le cuente sobre su hogar: cuánto la extraña, qué disfrutó de su familia, a qué olía su comida favorita cocinada por su madre y si compartía un dormitorio con sus hermanos. Combinar sus emociones haciendo eco de sus sentimientos - "Debes desear estar en casa ahora mismo" - puede ayudarla a sentir que entiendes el sentimiento perdido que tiene ahora, y eso puede reconfortarla.