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    La encefalopatía hepática es una causa tratable de pérdida de memoria

    Encefalopatía hepática (EH) (también llamada encefalopatía portosistémica) Es una condición donde la enfermedad hepática afecta el funcionamiento del cerebro. La EH ocurre con frecuencia en personas que tienen diagnósticos como hepatitis o cirrosis hepática. También puede desarrollarse como resultado del cáncer de hígado. A medida que avanza la enfermedad hepática, las toxinas que un hígado sano debe eliminar de la sangre, en lugar de eso, viajan al cerebro y afectan su capacidad para funcionar normalmente, pensar con claridad y recordar información. Afortunadamente, esta causa de pérdida de memoria es tratable.

    Principales síntomas

    Él puede afectar tanto las habilidades cognitivas como físicas. Si tiene una enfermedad hepática, debe pedirle a un familiar o amigo que lo ayude a vigilar este grupo de síntomas e informar a su médico de inmediato para una evaluación y tratamiento rápidos..
    Los síntomas van desde cambios mentales apenas detectables hasta falta de respuesta. Incluyen:
    • Confusión
    • Pérdida de memoria
    • Dificultad para enfocar o mantener la atención.
    • Desorientación a la hora, lugar o fecha.
    • Cambios de personalidad
    • Tiempos de reacción más lentos, tanto físicos como mentales.
    • Comportamiento difícil o socialmente inadecuado.
    • Incapacidad para hacer problemas matemáticos básicos
    • Aliento que tiene un olor dulce.
    • Sacudida y sacudidas de los brazos o piernas.
    • Aleteando hacia arriba y hacia abajo de los brazos al sostenerlos directamente
    • Aplastamiento del habla
    • Disminución del estado de alerta

    Etapas de la encefalopatía hepática

    La EH puede clasificarse en diferentes etapas, también llamadas calificaciones, que progresan del mínimo al coma. El sistema de calificación de West Haven desglosa las etapas de HE de la siguiente manera.
    Grado 0: Mínimo HE
    La HE mínima puede dar lugar a pequeños cambios sutiles en su capacidad para pensar con claridad, resolver problemas y recordar información. Las posibles señales pueden incluir más dificultad para realizar tareas en su trabajo o conducir infracciones debido a tiempos de reacción más lentos o una menor coordinación. El HE mínimo a veces puede escapar de la detección a menos que un médico lo examine a través de pruebas cognitivas.
    Grado 1: Mild HE
    La EH leve puede causar algunos cambios de personalidad o estado de ánimo y una menor capacidad para concentrarse en una tarea. A veces, los problemas para dormir se desarrollan en esta etapa.
    Grado 2: moderado HE
    Un comportamiento desafiante o inapropiado puede desarrollarse en la EH moderada. Su memoria puede empeorar, al igual que su capacidad para realizar cálculos matemáticos. Escribir puede ser más difícil porque sus manos pueden ponerse temblorosas o con sacudidas.
    Grado 3: EH grave
    La EH grave puede afectar la orientación. Por ejemplo, puede que no esté seguro de qué día es o dónde se encuentra. Su comportamiento puede volverse más inapropiado socialmente y puede sentirse muy somnoliento o ansioso. La capacidad mental y física sigue disminuyendo en HE. 
    Grado 4: Coma
    En esta etapa, perderá el conocimiento y se volverá comatoso (no responde). 

    ¿Cómo sé si tengo EL??

    Si tiene algunos de los síntomas descritos anteriormente pero no tiene problemas con su hígado, es probable que sus síntomas se desencadenen por una causa diferente de olvido. Los cambios en la capacidad mental pueden ser causados ​​por docenas de afecciones, algunas de las cuales son reversibles (como un delirio) y otras que son progresivas (como la enfermedad de Alzheimer).
    Si tiene una afección hepática como hepatitis o cirrosis, es más probable que la causa de sus síntomas sea la EH. De cualquier manera, debe comunicarse con su médico de inmediato si nota cambios en la capacidad mental porque varias causas de pérdida de memoria tienen mejores resultados si se detectan y tratan de manera temprana.

    Diagnóstico y causas

    Debido a que HE puede no ser diagnosticado hasta las etapas posteriores, es difícil recopilar datos precisos sobre la prevalencia de HE. Los estudios sugieren que entre el 30 y el 70 por ciento de las personas con cirrosis hepática desarrollan EH.
    Generalmente, se diagnostica HE descartando otras afecciones. Si los síntomas se deben a la EH, a menudo comenzarán a mejorar tan pronto como dentro de las 72 horas posteriores al inicio del tratamiento. Por lo tanto, una mejora después de que se haya iniciado el tratamiento (o la falta de éste) a veces se usa para confirmar o descartar la HE.
    Algunas de las pruebas que se pueden realizar para evaluar si el HE está presente incluyen pruebas de hemograma completo, pruebas de nivel de amoníaco, pruebas de funcionamiento del hígado, un EEG y pruebas de imagen, como una resonancia magnética o una tomografía computarizada
    Mientras que la EH se presenta en personas con problemas hepáticos, a menudo hay un desencadenante específico que hace que se desarrolle la EH. Estos desencadenantes pueden incluir infecciones, ciertos medicamentos como los diuréticos (medicamentos que hacen que usted orina más), deshidratación, estreñimiento, consumo excesivo de alcohol, cirugía reciente y sangrado gastrointestinal (GI).

    Tratamiento y pronóstico

    El tratamiento varía dependiendo de si se ha identificado la causa específica de la EH. El tratamiento puede incluir antibióticos, descontinuar ciertos medicamentos que pueden estar causando algunos de los problemas, tratar con medicamentos como la lactulosa o polietilenglicol, tratar los problemas de sangrado, reducir los niveles de amoníaco y tratar los problemas renales.
    El pronóstico de las personas con EH varía significativamente. Algunas personas con EH responden muy bien al tratamiento y su funcionamiento normal regresa. Otros tienen episodios severos o repetidos de EH y pueden terminar hospitalizados o en una situación potencialmente mortal.
    Alrededor de tres cuartos de las personas que tienen HE mejorarán si la causa específica de HE se identifica y trata en sus etapas iniciales. Sin embargo, si la EH no se trata a tiempo o no responde al tratamiento, puede causar la muerte..
    Debido al éxito del tratamiento temprano, algunas investigaciones sugieren que las personas con enfermedades hepáticas deben someterse a pruebas de detección rutinarias para detectar la EH a través de pruebas cognitivas para que la EH pueda ser detectada y tratada antes de que avance hacia las etapas más avanzadas..