Síndrome de desregulación de la dopamina
El síndrome de desregulación de la dopamina (DDS, por sus siglas en inglés) es otra complicación potencial, que ocurre en aproximadamente el 4 por ciento de los pacientes que reciben terapia dopaminérgica.
Los síntomas
El síntoma más común de la desregulación de la dopamina es el ansia compulsiva de medicamentos de Parkinson como la carbidopa / levodopa. Incluso si no hay síntomas presentes (como temblor o rigidez), el paciente puede sentir fuertemente que necesita el medicamento. Otros pueden intentar simular sus síntomas de Parkinson o sobornar a amigos o familiares para obtener el medicamento deseado: así de fuerte es el deseo..Además, las personas con síndrome de desregulación de la dopamina pueden sentirse grandiosas o eufóricas, y sin el medicamento, pueden sentirse deprimidas o fatigadas. Además, como resultado de la desregulación de la dopamina, pueden ocurrir problemas de control de impulsos, como el juego compulsivo o las compras, trastornos de la alimentación u otras conductas adictivas. También pueden aparecer comportamientos compulsivos más simples, como la recolección de objetos o la colocación compulsiva de objetos en una línea. Síntomas severos como la psicosis también son posibles en este síndrome.
Causas
La dopamina está conectada con nuestro sistema de recompensa en la base de los lóbulos frontales, incluida la zona tegmental ventral. De hecho, las drogas adictivas, como la cocaína, estimulan la liberación de dopamina en esta área. Se cree que la actividad de la dopamina en esta área del cerebro causa el síndrome de desregulación de la dopamina. Dicho esto, los mecanismos exactos no se entienden bien. Además, si la dopamina es tan importante para el movimiento como para el sistema de recompensa, tal vez sea sorprendente que el DDS sea relativamente poco común..Cuando se administra una droga adictiva, el sistema de recompensa puede acostumbrarse a la cantidad de recompensa, lo que requiere mayores cantidades para dar el mismo efecto. Sabemos que esto también se aplica a la terapia con dopamina en el Parkinson: en última instancia, se necesitarán dosis mayores para requerir el mismo efecto. Si bien es probable que parte de esto se deba a la progresión de la enfermedad, algunos científicos cuestionan si esta mayor necesidad puede reflejar un tipo de habituación, que en el sistema de recompensa puede dar lugar a un tipo de ansia..